El Silencio que Habla al Alma

La Procesión del Silencio: Un Legado de Devoción

Desde el año 1943:  Las calles del centro de Murcia apagan sus luces y se hace el silencio, para que todas las miradas se centren en la imagen del Santísimo Cristo del Refugio.

El voto de silencio: Los cofrades hacen voto de silencio, no solo durante la procesión, este silencio se inicia cuando cubren su rostro con el capuz en su domicilio y termina cuando regresan a él.

Más que una Tradición: Lo que comenzó como un acto de fe y resistencia ante las adversidades, ha trascendido el tiempo. Hoy, la Procesión del Silencio no es solo un ritual, sino un evento espiritual y cultural que vibra en el alma de Murcia.

Desde la iglesia de San Lorenzo Mártir: La procesión salía a las doce de la noche. Pero en el año 1958 se decidió adelantar su salida a las 10 de la noche.

Se forma la procesión dentro de la iglesia que se mantiene en penumbra, iluminada prácticamente solo por las luces de las velas de los cofrades. A las diez en punto, el Mayordomo Guía da tres golpes con su cetro de campana indicando que empieza la procesión, en ese momento los tres tambores enfundados que marcharán en cabeza empiezan a sonar y es en ese momento cuando se abren las puertas de la iglesia y la procesión sale a las calles de Murcia.

El regreso a la iglesia: Este es un momento de gran solemnidad y emoción para los cofrades y público, ya que cuando la procesión llega a la iglesia, los nazarenos se detienen a ambos lados de la calle y esperan arrodillados a que el Santísimo Cristo del Refugio pase ante ellos.

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