Los Inicios: Fe en Tiempos Difíciles

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HISTORIA

La fundación y el milagroso Cristo del Refugio.

El Legado del Santísimo Cristo del Refugio

Contienda Civil:Durante la Contienda Civil que asoló España desde 1936 a 1939, la iglesia de San Lorenzo fue convertida en refugio de gentes que huían de los horrores de la guerra, y como en otras iglesias fueron destruidas todas sus imágenes y objetos de culto. Una vez terminada la guerra, a pesar del saqueo se encontró, colgado en una de las paredes de la sacristía, un Crucificado que no había sufrido daño alguno.

Un Símbolo de Resistencia: A pesar de los devastadores saqueos, una imagen permaneció inquebrantable: el Crucificado. Más que una simple figura, se convirtió en un símbolo de resistencia, fe y esperanza.

Fundación de la Cofradía: Inspirados por la fuerza y el significado de esta imagen, se sentaron las bases para nuestra Cofradía. Una organización dedicada a preservar y compartir esta profunda devoción.

Para dar culto a esta imagen, el entonces párroco de San Lorenzo Rvdo. don Manuel Nadal Hernández, junto a tres destacados miembros del Consejo Parroquial, don Ramón Sánchez-Parra García, don Enrique Ayuso Serrano y don Jesús López Pujol, decidieron crear una cofradía de penitencia que desfilara, a modo de Vía Crucis, en la noche del Jueves Santo y que en recuerdo a la historia de este Crucificado se denominó con la advocación de Santísimo Cristo del Refugio.

Se dirigieron al Obispo de la Diócesis Excmo. y Rvdmo. D. Miguel de los Santos y Diaz Gómara, quien firmó el Decreto de Erección Canónica el 15 de noviembre de 1942.

La primera procesión: A los pocos meses de su fundación, el 22 de abril de 1943, a las 12 de la noche salía la procesión, previamente se habían apagado todas las luces del recorrido, de forma que la única luz era la de los cirios morados que portaban los nazarenos y el único sonido el de dos tambores enfundados.

Los nazarenos hicieron el recorrido en silencio, que iniciaron en su casa al vestir la túnica y que guardaron hasta su regreso. Norma que permanece inalterable hasta nuestros días, por lo que se conoce como Procesión del Silencio.

“Murcia, durante su Semana Santa hace un alto para obedecer al silencio. Silencio del Jueves Santo que solo es roto por las ásperas gargantas de los auroros y los murmullos del raso en el andar del un nazareno”

José Ballesta

Alcalde de Murcia

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